Chillida y el mar
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El mar como misterio: a Chillida le fascinaba el mar, intentaba comprenderlo, conocer de donde venían las olas. “He nacido frente al mar, algo que me ha impulsado siempre a penetrar en su misterio”. (Chillida, 2016)
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El mar, ser vivo en constante movimiento: le fascinaban sus cambios constantes, entender su movimiento. “Su espuma -sueño blanco de ola- fin de la respiración del mar”. (Chillida, 2016)
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El mar, como lugar de fusión entre el hombre y el cosmos: contemplar el mar para él, era sentir la profunda unión que existía entre el hombre y la naturaleza. “Contemplo el mar como un universo dotado de sus propias leyes” (Chillida, 2016)
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El mar como lugar de encuentro: para Chillida el mar podía ser un fantástico lugar de acercamiento entre personas, de dialogo, de encuentro. “Todos los hombres somos hermanos, ¿no será el horizonte nuestra patria común?” (Chillida, 2016)
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El mar como lugar donde poder contemplar el horizonte sin ningún límite: “¿Existen límites para el espíritu?” (Chillida, 2016) “¿Qué clase de espacio hace posible los límites en el mundo del espíritu?” (Chillida, 2016)
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El mar como lugar para contemplar a Dios: “Creo en Dios, tengo fe: Dios me la dio. La razón quiso quitármela en muchas ocasiones, pero no lo consiguió” (Chillida, 2016)
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El mar como tu lugar/ tus raíces: Chillida siempre supo donde situar El Peine del viento. Iba a ese lugar desde pequeño. Ese era su lugar. En ese espacio construiría su obra. “Yo soy de los que piensan que los hombres somos de algún sitio… y yo aquí, en mi País Vasco, me siento en mi sitio” (Chillida, 2016)
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El mar como maestro: “Aquí mi maestro, la mar… yo soy discípulo de la mar” (Chillida, 2016)
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El mar como lugar lleno de pliegues: a Chillida le fascinaban los pliegues, como le fascinaban las olas. “Un pliegue es la forma en que un tejido manifiesta sus cualidades, la forma en que se adapta a aquello que cubre” (Chillida, 2016) “Pliegues que nunca son iguales porque los movimientos de la vida tampoco lo son” (Chillida, 2016)
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Un mar con múltiples sonidos, que cambia con el viento: las obras de Chillida están llenas de dinamismo, de movimiento. El viento cambia su obra. Chillida quería que su obra fuera un peine para el viento. Le fascinaba el viento entrando en la ciudad y siendo domesticado por su obra. “Yo no entiendo casi nada… pero el espacio es silencioso, enorme, perfecto. Yo no entiendo casi nada pero comparto el azul, el amarillo y el viento” (Chillida, 2016)
Un mar lleno de sonidos, que le fascinaban. Chillida es el artista de la música silenciosa, de la música que no se oye, pero que es una música que cambia, que tiene su ritmo. “Me dijeron una vez: - Entiendo… su obra es como la música, pero en hierro” (Chillida, 2016)
A Chillida le fascinaba Bach “Soy discípulo de la mar y como consecuencia también de Bach. La obra de Bach presenta unas relaciones impresionantes con la mar” (Chillida, 2016).
Bibliografía
Chillida, E. (2016). Escritos. La Fabrica.
Obras:
El peine del viento.
El elogio al horizonte.
Homenaje a Fleming.